Sí hijito; continuaremos con la divina filosofía que enseñan mis divinos Mandamientos; si toda la humanidad se hubiese guiado por ellos, te aseguro hijito, que esta humanidad, no tendría necesidad de un Juicio divino; los divinos Mandamientos, fueron dados al mundo, para que por medio de ellos, hiciera todo espíritu, su prueba en la vida; hubo un instante dado, que todo espíritu, desconocía toda vida en los mundos de la carne; pero sabían, que tarde ó temprano, probarían una determinada filosofía; no sólo filosofía humana; pues las pruebas en planetas, son infinitas; jamás tendrán límite; ni jamás las han tenido; el divino Cordero de Dios, es el divino mandato de amor y de humildad, para toda criatura pensante; de todos los malamente llamados animales, sólo el divino Corderito, representa la única inocencia; pues es ajeno a todo acto de fuerza; su sensibilidad, le ha ganado una divina preferencia, en el libre albedrío del divino Padre Jehova; la humildad, está en el divino Cordero; y sin humildad, nadie entra en el Reino de los Cielos; escrito está, que es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja, que un violador de mi divina Ley, en el Reino de los Cielos; todo espíritu humano conversó con el divino Corderito, antes de venir a la prueba de la vida; todos los espíritus humanos, le alabaron en el Reino de los Cielos; con todos jugó en la Morada Celestial; pues allí, todo hijo, no es animal; todos son hijos de un mismo Padre; cualquiera que sea su forma física, o su filosofía; en el Reino de los Cielos, todos son telepáticos; pues todos han alcanzado la Gloria eterna; la que cuesta infinitos sudores de frente; en infinitos planetas; pues escrito está, que todo espíritu, tiene que nacer de nuevo, para llegar al Reino de Dios; esto significa que todo espíritu, tiene un peregrinaje por el universo material; pasa por infinitos planetas; prueba infinitas filosofías; y todas ellas, son una de las divinas formas, que toma el divino Cordero de Dios; toda forma, posee la divina inocencia solar; pues todos poseen el mismo principio; nadie nace grande en el Reino de los Cielos; pues nadie posee, la eternidad total; si no el Padre; todos sin excepción alguna, están divinamente subordinados, al amor del divino Padre; y este divino amor, es viviente y expansivo; progresa el Padre, y progresan los hijos; conservando en la eternidad, sus divinas jerarquías espirituales.-
“Sí hijito; sé que no dejas de pensar en el hermano joyero de joyería Ondania; sé que todo el mundo lo despreciará; pues se atrevió a vender en quinientos escudos, el Cordero de Dios; será recordado por todas las generaciones, como el Judas moderno; así como él, hay en tu mundo, millones de ambiciosos; que no trepidan en vender hasta su propia eternidad; pues, te diré hijito, que este demonio de la ambición comercial, lágrimas de sangre llorará; pedirá al mismo Cordero de Dios, ser resucitado en nueva carne; pedirá como millones pedirán, volver a ser un niño; pero no obtendrá nada; ni el derecho a usar en vida, el divino Corderito de Plata; símbolo de la limpieza y pureza de conciencia de cada uno; bastante tiempo le dimos, para que recapacitara; es uno de los millones, que maldecirá el oro; maldecirá sus propias costumbres; maldecirá a sus propios padres; y envidiará a los humildes de corazón; a los que han sido respetuosos de la divina Palabra; algo parecido, hizo este espíritu, en otro mundo; vivió ilusionado en una filosofía, que duraba cuanto dura una efímera vida de carne; se alimentó de una filosofía, que no le proporcionó ni la eternidad ni la entrada en el Reino de los Cielos; así ocurrirá con los llamados, ricos del mundo; maldecirán a padre y madre; en medio de un llorar y crujir de dientes; la razón es muy simple; en Justicia divina, mientras más bienestar disfrutó el espíritu humano, más severa es la Justicia; se enseñó por medio de la divina Palabra, que todos son iguales ante Dios; por lo tanto, el Gobierno de la Tierra, debió ser igual para todos; sí así no ocurrió, se debió a un grupo de demonios, que vió que gobernar era un buen negocio; estos demonios, que no tomaron en cuenta mis divinos Mandamientos, el mundo los conoce por capitalistas; ellos son los creadores, de la ciencia del bien; por estos malditos, hay en el mundo ricos y pobres; por estos demonios, el mundo terrestre será divinamente juzjado; ellos son los culpables, del llorar y crujir de dientes, de millones y millones de mis humildes hijos; más, ningún demonio, violador de mi divina Ley, escapará; el que la hace la paga; ojo por ojo, diente por diente; es la ley de los mundos de la carne; de los mundos imperfectos; de los mundos microscópicos; la única esperanza que les queda a estos malditos, es el arrepentimiento; pues, si el arrepentimiento no exsistiría, estos demonios enloquecerían; el divino Padre, los creó ángeles; y la soberbia emanada del libre albedrío espíritual, los convierte en demonios; quien me olvida, se pierde en las tinieblas; escrito fué, que el divino Padre Jehova, es Luz eterna; y mientras más sufrió una criatura, más grande es en el Reino de los Cielos; por lo tanto, los elegidos, se eligieron ellos mismos; por sus obras, son los primeros; escrito fué, que es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja, que un violador en el Reino de los Cielos; esto tiene muchos significados; explica, cuán rigurosa es la divina Justicia; demuestra que los llamados animales, son grandes en el Reino de los Cielos; pues para el Creador, no exsisten animales en su divina Moradas; sólo exsisten hijos; tengan la forma física que tengan; el concepto Animal, es una divina prueba de vida, para estos espíritus; ellos pidieron ser llamados Animales; y pidieron conocer la filosofía de las mismas; tal, como ciertos espíritus, pidieron ser monitos humanos; y pidieron ser probados en esa filosofía; escrito fué, que todo espíritu es probado en la vida; no sólo, los llamados humanos; sino, que todos los seres vivientes; pues nadie es menos ante el divino Padre Jehova; la divina Justicia es tan inmensa, que la importancia de ser una criatura humana, se pierde en el infinito; más aún; la vida humana, es mirada con una abismante indiferencia; con la misma indiferencia, a que está acostumbrado el ser humano; más aún; la vida humana, es casi desconocida en el Reino de los Cielos; sólo se sabe, que en esos polvitos, perdidos en el espacio; que muchos llaman Planetas, exsiste vida viviente; y saben, que en un instante dado, no quedará rastro alguno, de lo que fué un mundo; esto se escribió: Pasará la Tierra; más mis divinas Palabras no pasarán; pues, las divinas Palabras de: Hágase la Luz, y la Luz fué hecha; sigue aún produciendo mundos y soles; en una cantidad tal, como la mente pueda imaginar; el divino dibujo telepático, enseña que el divino Cordero de Dios, es de orígen solar; posee su propia filosofía viviente; tiene su propia Santísima Trinidad expansiva; antes que el planeta Tierra, surgiera a la vida, ya, el divino Cordero de Dios, había nacido de nuevo, en otros planetas; su divino reinado no tiene ni tendrá, límite alguno; la Santísima Trinidad viviente, multiplica y expande en sus propios hijos pensantes, la divina herencia; todos tenéis una porción de electricidad en vuestros cuerpos; esa electricidad, corresponde en su medida evolutiva, a una microscópica parte de la Santísima Trinidad expansiva; sóis microscópicos soles; pero tan microscópicos, que aún, no brilláis; aún predomina en vosotros, la carne; con su secuela de pasiones; para poder brillar, hay que nacer de nuevo; el espíritu, tiene que pasar por sucesivos cuerpos de carne; llegando en un instante dado, que el brillo espíritual, supera a la tangibilidad de la carne; es por eso, que fué escrito: Débil es la carne; quiere decir que el conocimiento, se vuelve brillante como un sol; haciendo que la carne, sea anulada; y quiere decir, que todo conocimiento, se transforma en cuerpo físico brillante; este divino proceso han cumplido todos los soles del Universo; fueron chiquititos, como lo es una criatura de carne, para ser grandes, en el Reino de los Cielos; ellos fueron criaturas de carne, en colosales mundos que ya no están; los soles en su conjunto, constituyen el divino Conocimiento Universal; llamado Santísima Trinidad; es así, como el divino Moisés brilló en Gloria y Majestad; su Rostro emanaba fluídos solares; era su Rostro un divino sol; con la diferencia, que de ese brillo, salía un divino poder magnético; que era controlado por su propia mente; este divino poder, ha sido una de las más grandes maravillas, que mente alguna ha poseído; con este poder mental, Moisés abrió las aguas; convirtió, el río en sangre; he hizo muchas divinas señales, del infinito poder, del divino Padre Jehova; las naves plateadas, tienen mucho que ver, con estos divinos poderes; ellos también tienen sublimes misiones; en sus leyes propias; como las tiene todo profeta de carne; nadie puede llegar a ser profeta, si no posee sus propios poderes espírituales; de ellos, se vale el divino Padre Eterno, para hacer avanzar los mundos; el medio divino de que se vale, es igual en todas las épocas; no debe olvidarse, que todo espíritu cuando abandona la Tierra, pasa al Mundo Celeste; allí, transcurre otro tiempo; no es el tiempo material de la Tierra; es el tiempo celestial; en que un siglo terrestre, corresponde a un segundo celeste; por lo tanto, cada época que transcurre en la Tierra, es sólo un instante en el Reino de los Cielos; este ejemplo es válido, cuando todo espíritu humano, ha vivido de acuerdo al divino mandato; el cual dice: Adorarás a tu Señor, por sobre todas las cosas; por sobre toda riqueza; por sobre tí mismo; esto significa que de acuerdo a mi divino Mandato, ningún hijo terrestre, puede entrar en el Reino de los Cielos; puesto que todos han usado el dinero; esta filosofía, ya fué advertida al mundo; desde muchos siglos atrás: No comerás del árbol de la ciencia del bien material; porque éste es pasajero; nútrete de lo que cuesta; de lo que cuesta esfuerzo, y se gana mérito; te ganarás el pan, con el sudor de tu frente; lo que equivale a una vida de honrado trabajo; el divino Padre Jehova, no dijo: Explota a tu hermano; no dijo: Hazte rico; no dijo: Crea ricos y pobres; ciertamente que no; lo que quiso decir el divino Padre, es: Gobiérnate, según tu conciencia; que todo humilde, sea el primero; el otro aviso dice: Es más fácil que entre un camello, por el ojo de una aguja; que un rico en el Reino de los Cielos; el otro aviso: Que se cuide la izquierda, de las inmoralidades de la derecha; la izquierda es el pueblo; es el hijo del hombre; hijo del trabajo; y la derecha, son los corrompidos; que creen que con el dinero, van a comprar la resurrección de la carne; ¡Ilusos! la persistencia en algo inventado por la mente humana, es soberbia espíritual cuando ese invento humano, no toma en cuenta el supremo mandato; ha ocurrido en otros mundos; en un grado tal, que esos mundos han sido borrados del espacio; es por eso que fué divinamente escrito: Muchos los llamados a probar la filosofía humana; y pocos los escogidos, que entrarán en el Reino de los Cielos; la divina herencia conduce a todo espíritu, a llegar a ser un brillante sol de sabiduría; nadie es menos en esta divina ley; el Reino de los Cielos, es la Gloria máxima, a que pueda aspirar una microscópica criaturita; de él salió; más para volver a él, debe volver limpio; no debe traer influencias demoníacas; como lo es la riqueza; que le enseña ha adueñarse, de algo que sólo dura una quimera en la Tierra; ni un centavo, se lleva el espíritu, cuando vuelve al lugar, de donde salió momentáneamente; al contrario; debe rendir cuenta del tiempo empleado en la Tierra; segundo por segundo; desde que nació a la vida, hasta que fué llamado en el cielo; la grandeza, jamás la representa la riqueza; toda riqueza, es pérdida de tiempo para el espíritu; todos la maldicen; cuando han dejado la vida; pues la riqueza, les cierra las puertas del Cielo; escrito fué: No se puede servir a dos señores; o se sirve a la riqueza, ó se sirve al Señor; sí la criatura se sirvió de la riqueza; sabiendo lo que le espera, esa criatura ya recibió su recompensa; no tiene divina añadidura; no puede entrar a la Gloria divina; se engrandeció en la Tierra, y se achicó en el Reino de los Cielos; la divina filosofía del divino Cordero de Dios, está en las infinitas alianzas de infinitos querubínes; de que está compuesta cada molécula de carne y de espíritu; el divino Cordero de Dios, representa la única Filosofía, que quedará en la Tierra; es la causa única, por la que infinitos espíritus, pidieron la prueba de la vida humana; es el producto de una vida modelo, que ha cumplido con los divinos Mandamientos; sin haber violado, ni una microscópica parte de ella; es la filosofía propia de un niño; la filosofía de un niño, es lo más cercano a la filosofía angelical; son ellos más limpios de corazón; no están comprometidos, ni corrompidos, en sus costumbres; son los únicos, en que la ciencia del bién, no ha podrido; todas las demás filosofías, creadas por la mente humana, desaparecen; no entran en el Nuevo Mundo; pues jamás, el demonio ha entrado en el Reino de los Cielos; los espíritus-niños, saben esto en el Reino de los Cielos; los grandes guías espírituales, se los enseñan; desde eternidades atrás; multitudes inauditas, observan maravillados, las colosales pantallas de television solar; ven en ellas, la televisión universal; la que no tiene principio; y no tiene fin; allí se ven los mundos que han habido y habrán; se ven mundos extraños; mundos en guerra galáctica; se ven en otras palabras, todas las ideas de cuanta criatura ha nacido, en el Universo Expansivo Pensante; ideas, que con el correr del tiempo eterno, se han convertido en colosales mundos; allí, los espíritus-niños, presencian el nacimiento, desarrollo y agonía de los mundos; ven todo el divino proceso, de como una microscópica idea, se materializa en un planeta; ven maravillosas historias planetarias; que muchas veces, se transmiten de mundo en mundo; de allí surge, más de algún genio inspirador; conservando en su mente, una vaga y divina idea de lo visto, en el Reino de los Cielos; de allí surgen las futuras doctrinas; las que transforman las costumbres en los planetas; las que llevan los profetas a determinado mundo; allí, los Hijos Primogénitos, se inspiran y estudian, planes divinos; todos desean una misión en remotísimos planetas; de todas las categorías galácticas; de infinitas formas de vida; entre ellas, están los mundos de la carne; al cual pertenece el microscópico planeta Tierra; planetas conocidos como polvos; allí fué donde el divino Primogénito Solar, Cristo, pidió al Eterno Padre Jehova, venir al planeta Tierra a enseñar una nueva Ley de Amor; a enseñar la divina Doctrina del divino Cordero de Dios; no vino a enseñar el uso de la fuerza; pues la fuerza, ya había cumplido el mandato; ya había sido probada en el planeta; ya había cumplido su propia evolución, en la criatura humana; Cristo traía al mundo, una nueva forma de vivir; que no agradó a los malditos reyes de la brutal época, en que llegó a la Tierra; estos demonios, pillos antiguos, vieron peligrar sus malditos privilegios; es por eso que intrigaron y mataron, al Primogénito Solar; pasó, lo que aún sucede en la Tierra; los ricos modernos, son los mismos espíritus, del principio de la Tierra; estos demonios de la ambición desmedida, también matan; como está ocurriendo en tu propio país; no saben estos malditos, que en el mismo redil, está la divina Justicia; llorar y crujir de dientes, les esperan; sabiendo por instrucción moral, que los humildes son los primeros ante el divino Padre Jehova; debieron ser los primeros en gobernar el mundo; puesto que son los primeros en el Reino de los Cielos.-”
Sí hijito; sé que no dejas de pensar en el hermano joyero de joyería Ondania; sé que todo el mundo lo despreciará; pues se atrevió a vender en quinientos escudos, el Cordero de Dios; será recordado por todas las generaciones, como el Judas moderno; así como él, hay en tu mundo, millones de ambiciosos; que no trepidan en vender hasta su propia eternidad; pues, te diré hijito, que este demonio de la ambición comercial, lágrimas de sangre llorará; pedirá al mismo Cordero de Dios, ser resucitado en nueva carne; pedirá como millones pedirán, volver a ser un niño; pero no obtendrá nada; ni el derecho a usar en vida, el divino Corderito de Plata; símbolo de la limpieza y pureza de conciencia de cada uno; bastante tiempo le dimos, para que recapacitara; es uno de los millones, que maldecirá el oro; maldecirá sus propias costumbres; maldecirá a sus propios padres; y envidiará a los humildes de corazón; a los que han sido respetuosos de la divina Palabra; algo parecido, hizo este espíritu, en otro mundo; vivió ilusionado en una filosofía, que duraba cuanto dura una efímera vida de carne; se alimentó de una filosofía, que no le proporcionó ni la eternidad ni la entrada en el Reino de los Cielos; así ocurrirá con los llamados, ricos del mundo; maldecirán a padre y madre; en medio de un llorar y crujir de dientes; la razón es muy simple; en Justicia divina, mientras más bienestar disfrutó el espíritu humano, más severa es la Justicia; se enseñó por medio de la divina Palabra, que todos son iguales ante Dios; por lo tanto, el Gobierno de la Tierra, debió ser igual para todos; sí así no ocurrió, se debió a un grupo de demonios, que vió que gobernar era un buen negocio; estos demonios, que no tomaron en cuenta mis divinos Mandamientos, el mundo los conoce por capitalistas; ellos son los creadores, de la ciencia del bien; por estos malditos, hay en el mundo ricos y pobres; por estos demonios, el mundo terrestre será divinamente juzjado; ellos son los culpables, del llorar y crujir de dientes, de millones y millones de mis humildes hijos; más, ningún demonio, violador de mi divina Ley, escapará; el que la hace la paga; ojo por ojo, diente por diente; es la ley de los mundos de la carne; de los mundos imperfectos; de los mundos microscópicos; la única esperanza que les queda a estos malditos, es el arrepentimiento; pues, si el arrepentimiento no exsistiría, estos demonios enloquecerían; el divino Padre, los creó ángeles; y la soberbia emanada del libre albedrío espíritual, los convierte en demonios; quien me olvida, se pierde en las tinieblas; escrito fué, que el divino Padre Jehova, es Luz eterna; y mientras más sufrió una criatura, más grande es en el Reino de los Cielos; por lo tanto, los elegidos, se eligieron ellos mismos; por sus obras, son los primeros; escrito fué, que es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja, que un violador en el Reino de los Cielos; esto tiene muchos significados; explica, cuán rigurosa es la divina Justicia; demuestra que los llamados animales, son grandes en el Reino de los Cielos; pues para el Creador, no exsisten animales en su divina Moradas; sólo exsisten hijos; tengan la forma física que tengan; el concepto Animal, es una divina prueba de vida, para estos espíritus; ellos pidieron ser llamados Animales; y pidieron conocer la filosofía de las mismas; tal, como ciertos espíritus, pidieron ser monitos humanos; y pidieron ser probados en esa filosofía; escrito fué, que todo espíritu es probado en la vida; no sólo, los llamados humanos; sino, que todos los seres vivientes; pues nadie es menos ante el divino Padre Jehova; la divina Justicia es tan inmensa, que la importancia de ser una criatura humana, se pierde en el infinito; más aún; la vida humana, es mirada con una abismante indiferencia; con la misma indiferencia, a que está acostumbrado el ser humano; más aún; la vida humana, es casi desconocida en el Reino de los Cielos; sólo se sabe, que en esos polvitos, perdidos en el espacio; que muchos llaman Planetas, exsiste vida viviente; y saben, que en un instante dado, no quedará rastro alguno, de lo que fué un mundo; esto se escribió: Pasará la Tierra; más mis divinas Palabras no pasarán; pues, las divinas Palabras de: Hágase la Luz, y la Luz fué hecha; sigue aún produciendo mundos y soles; en una cantidad tal, como la mente pueda imaginar; el divino dibujo telepático, enseña que el divino Cordero de Dios, es de orígen solar; posee su propia filosofía viviente; tiene su propia Santísima Trinidad expansiva; antes que el planeta Tierra, surgiera a la vida, ya, el divino Cordero de Dios, había nacido de nuevo, en otros planetas; su divino reinado no tiene ni tendrá, límite alguno; la Santísima Trinidad viviente, multiplica y expande en sus propios hijos pensantes, la divina herencia; todos tenéis una porción de electricidad en vuestros cuerpos; esa electricidad, corresponde en su medida evolutiva, a una microscópica parte de la Santísima Trinidad expansiva; sóis microscópicos soles; pero tan microscópicos, que aún, no brilláis; aún predomina en vosotros, la carne; con su secuela de pasiones; para poder brillar, hay que nacer de nuevo; el espíritu, tiene que pasar por sucesivos cuerpos de carne; llegando en un instante dado, que el brillo espíritual, supera a la tangibilidad de la carne; es por eso, que fué escrito: Débil es la carne; quiere decir que el conocimiento, se vuelve brillante como un sol; haciendo que la carne, sea anulada; y quiere decir, que todo conocimiento, se transforma en cuerpo físico brillante; este divino proceso han cumplido todos los soles del Universo; fueron chiquititos, como lo es una criatura de carne, para ser grandes, en el Reino de los Cielos; ellos fueron criaturas de carne, en colosales mundos que ya no están; los soles en su conjunto, constituyen el divino Conocimiento Universal; llamado Santísima Trinidad; es así, como el divino Moisés brilló en Gloria y Majestad; su Rostro emanaba fluídos solares; era su Rostro un divino sol; con la diferencia, que de ese brillo, salía un divino poder magnético; que era controlado por su propia mente; este divino poder, ha sido una de las más grandes maravillas, que mente alguna ha poseído; con este poder mental, Moisés abrió las aguas; convirtió, el río en sangre; he hizo muchas divinas señales, del infinito poder, del divino Padre Jehova; las naves plateadas, tienen mucho que ver, con estos divinos poderes; ellos también tienen sublimes misiones; en sus leyes propias; como las tiene todo profeta de carne; nadie puede llegar a ser profeta, si no posee sus propios poderes espírituales; de ellos, se vale el divino Padre Eterno, para hacer avanzar los mundos; el medio divino de que se vale, es igual en todas las épocas; no debe olvidarse, que todo espíritu cuando abandona la Tierra, pasa al Mundo Celeste; allí, transcurre otro tiempo; no es el tiempo material de la Tierra; es el tiempo celestial; en que un siglo terrestre, corresponde a un segundo celeste; por lo tanto, cada época que transcurre en la Tierra, es sólo un instante en el Reino de los Cielos; este ejemplo es válido, cuando todo espíritu humano, ha vivido de acuerdo al divino mandato; el cual dice: Adorarás a tu Señor, por sobre todas las cosas; por sobre toda riqueza; por sobre tí mismo; esto significa que de acuerdo a mi divino Mandato, ningún hijo terrestre, puede entrar en el Reino de los Cielos; puesto que todos han usado el dinero; esta filosofía, ya fué advertida al mundo; desde muchos siglos atrás: No comerás del árbol de la ciencia del bien material; porque éste es pasajero; nútrete de lo que cuesta; de lo que cuesta esfuerzo, y se gana mérito; te ganarás el pan, con el sudor de tu frente; lo que equivale a una vida de honrado trabajo; el divino Padre Jehova, no dijo: Explota a tu hermano; no dijo: Hazte rico; no dijo: Crea ricos y pobres; ciertamente que no; lo que quiso decir el divino Padre, es: Gobiérnate, según tu conciencia; que todo humilde, sea el primero; el otro aviso dice: Es más fácil que entre un camello, por el ojo de una aguja; que un rico en el Reino de los Cielos; el otro aviso: Que se cuide la izquierda, de las inmoralidades de la derecha; la izquierda es el pueblo; es el hijo del hombre; hijo del trabajo; y la derecha, son los corrompidos; que creen que con el dinero, van a comprar la resurrección de la carne; ¡Ilusos! la persistencia en algo inventado por la mente humana, es soberbia espíritual cuando ese invento humano, no toma en cuenta el supremo mandato; ha ocurrido en otros mundos; en un grado tal, que esos mundos han sido borrados del espacio; es por eso que fué divinamente escrito: Muchos los llamados a probar la filosofía humana; y pocos los escogidos, que entrarán en el Reino de los Cielos; la divina herencia conduce a todo espíritu, a llegar a ser un brillante sol de sabiduría; nadie es menos en esta divina ley; el Reino de los Cielos, es la Gloria máxima, a que pueda aspirar una microscópica criaturita; de él salió; más para volver a él, debe volver limpio; no debe traer influencias demoníacas; como lo es la riqueza; que le enseña ha adueñarse, de algo que sólo dura una quimera en la Tierra; ni un centavo, se lleva el espíritu, cuando vuelve al lugar, de donde salió momentáneamente; al contrario; debe rendir cuenta del tiempo empleado en la Tierra; segundo por segundo; desde que nació a la vida, hasta que fué llamado en el cielo; la grandeza, jamás la representa la riqueza; toda riqueza, es pérdida de tiempo para el espíritu; todos la maldicen; cuando han dejado la vida; pues la riqueza, les cierra las puertas del Cielo; escrito fué: No se puede servir a dos señores; o se sirve a la riqueza, ó se sirve al Señor; sí la criatura se sirvió de la riqueza; sabiendo lo que le espera, esa criatura ya recibió su recompensa; no tiene divina añadidura; no puede entrar a la Gloria divina; se engrandeció en la Tierra, y se achicó en el Reino de los Cielos; la divina filosofía del divino Cordero de Dios, está en las infinitas alianzas de infinitos querubínes; de que está compuesta cada molécula de carne y de espíritu; el divino Cordero de Dios, representa la única Filosofía, que quedará en la Tierra; es la causa única, por la que infinitos espíritus, pidieron la prueba de la vida humana; es el producto de una vida modelo, que ha cumplido con los divinos Mandamientos; sin haber violado, ni una microscópica parte de ella; es la filosofía propia de un niño; la filosofía de un niño, es lo más cercano a la filosofía angelical; son ellos más limpios de corazón; no están comprometidos, ni corrompidos, en sus costumbres; son los únicos, en que la ciencia del bién, no ha podrido; todas las demás filosofías, creadas por la mente humana, desaparecen; no entran en el Nuevo Mundo; pues jamás, el demonio ha entrado en el Reino de los Cielos; los espíritus-niños, saben esto en el Reino de los Cielos; los grandes guías espírituales, se los enseñan; desde eternidades atrás; multitudes inauditas, observan maravillados, las colosales pantallas de television solar; ven en ellas, la televisión universal; la que no tiene principio; y no tiene fin; allí se ven los mundos que han habido y habrán; se ven mundos extraños; mundos en guerra galáctica; se ven en otras palabras, todas las ideas de cuanta criatura ha nacido, en el Universo Expansivo Pensante; ideas, que con el correr del tiempo eterno, se han convertido en colosales mundos; allí, los espíritus-niños, presencian el nacimiento, desarrollo y agonía de los mundos; ven todo el divino proceso, de como una microscópica idea, se materializa en un planeta; ven maravillosas historias planetarias; que muchas veces, se transmiten de mundo en mundo; de allí surge, más de algún genio inspirador; conservando en su mente, una vaga y divina idea de lo visto, en el Reino de los Cielos; de allí surgen las futuras doctrinas; las que transforman las costumbres en los planetas; las que llevan los profetas a determinado mundo; allí, los Hijos Primogénitos, se inspiran y estudian, planes divinos; todos desean una misión en remotísimos planetas; de todas las categorías galácticas; de infinitas formas de vida; entre ellas, están los mundos de la carne; al cual pertenece el microscópico planeta Tierra; planetas conocidos como polvos; allí fué donde el divino Primogénito Solar, Cristo, pidió al Eterno Padre Jehova, venir al planeta Tierra a enseñar una nueva Ley de Amor; a enseñar la divina Doctrina del divino Cordero de Dios; no vino a enseñar el uso de la fuerza; pues la fuerza, ya había cumplido el mandato; ya había sido probada en el planeta; ya había cumplido su propia evolución, en la criatura humana; Cristo traía al mundo, una nueva forma de vivir; que no agradó a los malditos reyes de la brutal época, en que llegó a la Tierra; estos demonios, pillos antiguos, vieron peligrar sus malditos privilegios; es por eso que intrigaron y mataron, al Primogénito Solar; pasó, lo que aún sucede en la Tierra; los ricos modernos, son los mismos espíritus, del principio de la Tierra; estos demonios de la ambición desmedida, también matan; como está ocurriendo en tu propio país; no saben estos malditos, que en el mismo redil, está la divina Justicia; llorar y crujir de dientes, les esperan; sabiendo por instrucción moral, que los humildes son los primeros ante el divino Padre Jehova; debieron ser los primeros en gobernar el mundo; puesto que son los primeros en el Reino de los Cielos.-
Escribe: ALFA Y OMEGA.-