Sí Hijito; el cerebro es como un microscópico sol; sus venas microscópicas, son como las líneas solares de los soles; lo de arriba es igual a lo de abajo; el cerebro es el Reino del Conocimiento; allí se registran las escenas, que capta toda visión; entre el cerebro y las escenas que retienen los ojos, exsiste un microscópico tiempo mental; este tiempo posee un magnetismo, que hace que lo visto por los ojos, se transforme en idea; el cerebro registra mientras se vive; las ideas recorren todo el cuerpo en forma líneal; y se van a la atmósfera, en forma circular; lo líneal es Alfa ó principio; y lo circular es Omega; lo circular es el fín; el fín que se le dió a la idea; el cerebro está compuesto por 12 líneas magnéticas solares; ó 12 zonas de sensibilidades; todo lo que siente y piensa un espíritu encarnado; se encasilla en una de estas zonas; las líneas Alfa, actúan por la humedad de la sangre; en esta humedad, está el magnetismo de toda materialización mental; porque todo lo
ejecutado por el espíritu, posee en su cualidad y calidad, una psicología que se divide por dos; una es tierra y otra es agua; porque la microscópica composición de una idea, posee querubínes terrenales y querubínes de agua; esta divina terminología, es nueva para el mundo; porque el mundo pidió al Padre, que en su juicio final, se le restituyeran todas las cosas, que imaginó en la prueba de la vida; y restitución de todas las cosas, incluye lo mental; incluye el cambio de todo lo imaginable a que se estaba acostumbrado; porque de verdad os digo, que ni la más microscópica costumbre, salida del extraño sistema de vida del oro, quedará en este mundo; ni el polvo de ellas, quedará; el cerebro, es una divina creación del Padre; que para crearlo, pidió el divino concurso de lo invisible y lo visible; el término concurso corresponde al Arca de las Alianzas; pues, si bien vuestro Padre todo lo creó, dió a su todo, divino libre albedrío viviente; y el divino Padre es el primero, en respetar los derechos de sus hijos; en la creación del cerebro, participaron las matemáticas vivientes; infinitos Padres Solares; infinitos querubínes mentales; el cerebro es como un sol, rodeado de planetas; los planetas son las moléculas de carne y las virtudes, de todo pensar; el cerebro, a la muerte del cuerpo, se hace un todo con el espíritu pensante; es decir, que morir, nó es doloroso; lo es el cuerpo, mientras siente; el cerebro se desprende de un todo, que le tuvo atado por un instante, llamado vida humana; el cerebro es como una vida, dentro de otra vida; dentro de la vida del espíritu y de la vida de la carne; tres vidas, en una sola; cuando se está gestando un bebé, se está poniendo la cimiente de una historia galáctica, que nó tendrá fín jamás; una eternidad viviente, nace como un microbio; y tiene como punto de partida, una forma de vida; esta forma de vida, puede ser en cualquier punto del universo; porque en todas partes está Dios; he aquí una divina ley, que hará llorar a millones de inmorales; pues, todos los bebés que fueron asesinados por padres-demonios, resucitarán entre los primeros; para acusar a los que en ellos, violaron la divina ley del Padre que dice: Nó matarás; he aquí el llorar y crujir de dientes, de padres y madres, de todas las generaciones; porque todo juicio salido del Padre, es tanto arriba como abajo; los vivos en la Tierra, y los que partieron de ella, fuera de la Tierra; el cerebro, constituye universos, galáxias, cosmos; su divina filosofía, es el pensar y generar ideas; su divina jerarquía, es imitar eternamente al Padre; los cerebros tienen cualidad y calidad; tienen filosofía y jerarquía; los cerebros humanos, pidieron como lo pidió el espíritu, ser probados en la vida; pidieron también conocer la experiencia, del olvido del pasado; porque nó lo conocían; todo cerebro, conversa con el Padre, que le creó; todo cerebro le alaba; como le alaba el espíritu; el espíritu al que acompañó a conocer una forma de vida, en un desconocido planeta; porque al pedir vida, nó se conoce ni el planeta, al cual se vá; esto se vá conociendo, a medida que el Padre, vá tomando el conocimiento del espíritu, para darle una divina geometría planetaria; es el caso de los espíritus humanos; porque el Padre crea, en todo lo instantáneo imaginable.-
ESCRIBE: ALFA Y OMEGA.-