Los espíritus de Norteamérica que pidieron la prueba de la vida a Dios, le pidieron ser juzgados por los elementos, dentro de las leyes mismas de la vida; porque ellos desconocían en que consistía la sensación de ser juzgados por los elementos de un planeta de pruebas, que no conocían; porque cuando se pide a Dios, formas de vida que no se conocen, tal pedido se hace, partiendo desde la más grande inocencia, que la mente puede imaginar; es así que todas las sensaciones que cada cual posee dentro de su individualidad, el espíritu no las conocía; es por esto que fue escrito en el divino Evangelio de Dios: Todo espíritu es probado en sus propias sensaciones, por Dios; y también se menciona: La prueba de la vida; lo que significa que estáis en un planeta de pruebas relativas; pruebas espirituales y pruebas materiales.
Los espíritus de Norteamérica, no sufrieron grandes daños en la Segunda guerra mundial, por parte de los hombres, porque el daño salido de los hombres, no lo habían pedido a Dios; ellos pidieron el daño de los elementos, si es que ellos, llegasen a violar la divina Ley de Dios; y la violaron; porque ellos al perfeccionarse, lo hicieron en base a leyes desiguales; lo desigual no agrada a Dios; porque lo desigual jamás alcanza la verdadera felicidad; lo desigual perpetúa la injusticia y la infelicidad; lo desigual produce una extraña felicidad efímera, y descansa en la injusticia que sufren millones de seres; tratar de conquistar la felicidad para todos, sin renunciar a lo desigual, es sencillamente una quimera; lo demuestra el hecho irrefutable de cientos de siglos, consumidos en leyes desiguales; los creadores de la felicidad en base a leyes desiguales, podrían disponer de millones de años por delante, y jamás nunca lograrían la perfecta felicidad para todos; a los creadores de un extraño sistema de vida, basado en lo desigual, le esperan momentos horribles; porque se cumplirá en ellos, el divino Juicio de los elementos; primero será frío, luego agua y por último fuego; en el juicio del agua, se desbordarán los océanos, inundando tres cuartas partes de Norteamérica; el fuego del sol, calcinará sus tierras y no quedará vestigio de agua para beber; porque toda se evaporará; los elementos destruirán en pocos minutos, lo que costó años y siglos de trabajo; el poder económico de Norteamérica, será reducido en un 70%; es por esto que fue escrito en el divino Evangelio de Dios: setenta veces mil; esta divina parábola de Dios, significaba un extraño bienestar, logrado en desequilibrio numérico; porque el 7 no posee su término medio en igualdad; las mitades de 7, no son iguales; una tiene mas, y la otra menos; el 1,000 representaba el advenimiento de una doctrina justa; porque es número de potencia; nueva potencia nace de la extraña psicología de la desigualdad; y significa que todas las naciones que fueron obligadas a vivir en lo desigual, despiertan y forman una sola nación; estas naciones logran desprenderse de lo desequilibrado y crean lo equilibrado; se independizan del antiguo sistema de leyes desiguales; cuando los espíritus de Norteamérica, pidieron a Dios, ser juzgados por los elementos, hicieron un pedido propio de locos; porque los elementos son infinitos y no tienen límites; en cambio el castigo de los hombres, contra los hombres, es limitado; los daños que causa una guerra entre los hombres, pronto se repara; está dentro de los límites humanos; la experiencia que dejó la segunda guerra mundial, lo demostró; la caída de Norteamérica como potencia mundial, lo será por pobreza; y tan inmensa será esta pobreza, que sus habitantes mendigarán hasta el alimento; y se cumple en ellos, lo que en el divino Evangelio de Dios, fue escrito: Por vuestras obras seréis juzgados; la obra norteamericana, dejó un saldo de millones de pobres, de todas las categorías; que en parte fueron obligados a serlo; porque la bestia norteamericana, se tomó el extraño libertinaje de hacer uso de la fuerza, para imponer sus leyes, y la prueba de la vida consistía, en no tentarse en el uso de la fuerza; porque siendo Dios todo amor, todos sin excepción alguna, le habían pedido leyes de amor; como el divino juicio final, pedido por la humanidad a Dios, incluía a todas las cosas imaginables, es que los que se tentaron en el uso de la fuerza, durante la prueba de la vida, caen por la fuerza; la fuerza de los elementos, les destruye; si hubiesen sembrado amor, recibirían amor.-
Marzo 18, de 1977
ESCRIBE: ALFA Y OMEGA.-